"Aprendiendo a ladrar" de Mario Benedetti.

Aprendiendo a ladrar. Mario Benedetti

Lo cierto es que fueron años de arduo y pragmático aprendizaje, con lapsos de desalineamiento en los que estuvo a punto de desistir. Pero al fin triunfó la perseverancia y Raimundo aprendió a ladrar.
No a imitar ladridos, como suelen hacer algunos chistosos o que se creen tales, sino verdaderamente a ladrar.
¿Qué lo había impulsado a ese adiestramiento? Ante sus amigos se auto flagelaba con humor: "La verdad es que ladro por no llorar". Sin embargo, la razón más valedera era su amor casi franciscano hacia sus hermanos perros. Amor es comunicación. ¿Cómo amar entonces sin comunicarse?
Para Raimundo representó un día de gloria cuando su ladrido fue por fin comprendido por Leo, su hermano perro, y (algo más extraordinario aún) él comprendió el ladrido de Leo. A partir de ese día Raimundo y Leo se tendían, por lo general en los atardeceres, bajo la glorieta y dialogaban sobre temas generales.
A pesar de su amor por los hermanos perros, Raimundo nunca había imaginado que Leo tuviera una tan sagaz visión del mundo. Por fin, una tarde se animó a preguntarle, en varios sobrios ladridos: "Dime, Leo, con toda franqueza: ¿qué opinas de mi forma de ladrar?". La respuesta de Leo fue bastante escueta y sincera: "Yo diría que lo haces bastante bien, pero tendrás que mejorar. Cuando ladras, todavía se te nota el acento humano”.

martes, 26 de marzo de 2013

Todas la mañanitas me arropa... que MAÑOSO es...

Guuuaaaaaauuuuuuu....

Edua está loco por  ésta foto... y lo que significa...

Jhony viene de USA y nos visitó ayer...

martes, 19 de marzo de 2013

Te he dicho que no voy a mirar a la cámara...

Te pongas como te pongas no voy a mirar...

A ver quien es más cabezón...

Te miro y me dejas tranquilita de una vez...


Una animalada...

Pues claro que te entiendo...

Ahora voy a dirigir yo...

lunes, 18 de marzo de 2013

Paseo del domingo por la mañana. Dentro de nada terracitas...

Aquí ...idolatrando a...

Si no fuera por lo que te quiero chato...

¿Sales o no sales?

Orejas de soplillo... ¿a quien me recuerdan?


La propuesta de Encarni...